El primer uso de identificación por radiofrecuencia (o RFID) a gran escala se llevo a cabo durante la Segunda Guerra Mundial. Los británicos querían ser capaces de distinguir entre sus propios aviones que regresaban de la costa y los del enemigo. El sistema se desarrolló de la siguiente manera: se colocó un tag en las aeronaves aliadas. Al dar la respuesta adecuada a la señal, una aeronave propia podía ser distinguida automáticamente de una perteneciente al enemigo.
Con más investigaciones y mejores conocimientos, la tecnología RFID creció y se desarrollo en los años 70. En 1973, Charles Watson patentó la tecnología que actualmente conocemos como RFID pasiva.
Las aplicaciones comerciales de RFID también comenzaron en este momento. Empresas como Sensormatic y Checkpoint se fundaron a fines del 1960. Estas empresas, desarrollaron el control electrónico de artículos (EAS) para contrarrestar el robo. Los sistemas EAS utilizan a menudo tags de “un” bit a través de los cuales se detecta únicamente la presencia o ausencia del mismo, permitiendo que los tags sean más económicos y provean la eficacia requerida para prevenir los robos. El sistema antirrobo EAS es posiblemente el primer y más extendido uso comercial de la tecnología RFID en el mundo.
Posteriormente fueron desarrollados sistemas de identificación vehicular que fueron los precursores de los actuales sistemas de telepeaje y de gestión de flotas de camiones, ferrocarriles y otros medios de transporte.
Con la tecnología RFID en crecimiento durante medio siglo, la actual vigencia de RFID entró en vigor en 1999, cuando se creó el laboratorio de identificación automática (Auto-ID Lab) en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), con financiación de Procter & Gamble y Gillette. El Auto-ID Lab creó una solución utilizando la tecnología RFID combinada con códigos de producto electrónico (EPC) en sustitución de los sistemas de código de barras. Los tags RFID que el Auto ID Lab creo, almacenan un código electrónico de producto univoco (denominado por sus siglas EPC) en un microchip que se transmite a través de una antena a los lectores RFID.