La empresa farmacéutica utilizará un sistema de RFID EPC Gen 2 para reducir el riesgo de falsificación, mediante la aplicación de una etiqueta a cada uno de los productos de alto valor que envía al mercado.
Los Laboratorios Gador, uno de los principales proveedores farmacéuticos de Argentina, se encuentra instalando una solución basada en el uso de la identificación de frecuencia de radio en una de sus plantas de fabricación, lo que permitirá que la empresa realice el seguimiento y rastreo de cada producto farmacéutico que produce, como también de las plataformas en las que estos son transportados.
La puesta en práctica de esta solución, se implementa luego de un programa piloto que duró un mes que se llevó a cabo en la planta que Gador posee en Buenos Aires, durante el mes de diciembre del 2010, empleando una solución propuesta por la empresa integradora de sistemas Telectrónica. La finalidad del programa piloto era establecer si las señales de los productos que son ajustadamente empaquetados, y que se mueven a alta velocidad dentro de un ambiente que contiene elevados niveles de metal y de líquidos, podrían ser exitosamente captadas por los lectores sin que esto interfiera con el proceso de elaboración. El sistema piloto, que fue instalado por Telectrónica, incluyó un interrogador fijo Impinj para la lectura de etiquetas RFID a nivel de producto, como también un segundo dispositivo fijo Impinj para la lectura de las etiquetas de las cajas de cartón y de las plataformas de transporte conforme los productos se empaquetaban para luego ser transportados a su punto de destino. La información leída de las etiquetas fue recibida e interpretada por el software de rastreo y seguimiento de Telectrónica, con la finalidad de efectuar el seguimiento de los sitios a donde se envían los productos, las cajas que los contienen, y las plataformas sobre las que se cargan.
Gador desarrolla y fabrica medicamentos en cuatro plantas en distintas ubicaciones en Argentina y vende 2 millones de unidades de productos farmacéuticos cada mes. La empresa comenzó a buscar un sistema automatizado para realizar el seguimiento y rastreo de sus productos y para proteger los mismos de las falsificaciones a lo largo de la cadena de suministros desde el tramo de la planta hasta los centros comercializadores al por menor. Se espera que el seguimiento a nivel de los productos farmacéuticos se torne obligatorio en América del Sur, lo que podría lograrse utilizando ya sea códigos de barra o etiquetas de RFID en cada uno de los productos. “El hacer esto con códigos de barras es factible, pero tendría el efecto de agregar un proceso manual a la cadena de suministros,” declara Alan Gidekel, que es el administrador general de Telectrónica, quien hace notar que el uso de la RFID sería la solución funcional más rápida.
“Nuestro principal objetivo es evitar la falsificación” manifiesta Ricardo Jellinek, el director de tecnología y operaciones de Gador. Para mantener la integridad del producto y para garantizar la seguridad de sus consumidores, la empresa está empeñada en asegurar que no se produzcan intentos de falsificación de sus productos en ninguno de los puntos a lo largo de la cadena de suministros. Con esta finalidad, Gador probó el uso de la RFID en su planta de Buenos Aires, y en la actualidad se encuentra negociando con varios de sus distribuidores para comenzar a construir una infraestructura de lectura de RFID en sus sitios de distribución.
En las plantas de elaboración de Gador, los frascos de medicamentos son llenados y etiquetados a alta velocidad. La empresa farmacéutica requería de un sistema que permitiera la aplicación de las etiquetas de RFID, como también la lectura y la codificación de dichas etiquetas, sin que esto redujera la eficiencia del proceso de elaboración. Al final, la empresa comenzó a trabajar con Telectrónica para probar un sistema de RFID que vincularía cada producto con el paquete que lo contiene además de vincularlo a la plataforma de transporte sobre la cual se carga.
Telectrónica probó primero el sistema en un laboratorio interno. Las pruebas incluyeron los lectores de frecuencia ultra alta (UHF) Impinj a granel y las etiquetas UPM RFID Gen 2 EPC en los contenedores de los medicamentos. La información obtenida de cada uno de los lectores fue interpretada por el software de seguimiento y rastreo de Telectrónica, instalado en un servidor alojado por la propia empresa que también vinculaba el número particular de identificación de cada contenedor (lleno de píldoras) de manera individual con las identificaciones de su caja y plataforma de carga, en una relación de subordinación tipo paterno-filial.
En Gador, se utilizó el mismo hardware y software que se había utilizado durante las pruebas internas de laboratorio, durante la etapa piloto. El fabricante de las cajas de embalaje de Gador suministró cajas ya provistas de etiquetas de RFID incorporadas mediante un instrumento de aplicación automático. Después de que un frasco de medicamento se colocaba en la caja de embalaje, el frasco pasaba por una faja transportadora cercana a un ojo foto-eléctrico, que detectaba la presencia del producto y enviaba una señal de alerta al software de Telectrónica. El software, luego de recibir la señal de alerta, instruía al interrogador a que captase el número de RFID de cada etiqueta, con la finalidad de asegurar que funcionaba de manera adecuada. El lector luego codificaba la etiqueta con información referente al número del lote y el nombre del producto, como también la fecha, combinando los artículos con otros frascos empaquetados para crear las cajas de envío. La información de RFID era recibida por el software de Telectrónica, que también almacenaba esta información a tiempo de indicar que artículos habían sido encajonados en qué paquetes.
A continuación, el personal de Gador aplicaba etiquetas impresas en una impresora de RFID, R110 de Zebra Technologies a las cajas, leyendo las etiquetas con un lector manual, emparejando cada número de identificación particular con los números de identificación de todos los productos empaquetados de manera conjunta. Una vez que las cajas se cargaban en una plataforma, se imprimía en otra impresora Zebra R110, una etiqueta con el número de identificación particular de la plataforma que se adhería a la misma, vinculando dicho número a los números de identificación de los productos. Cada caja contenía 20 diferentes productos. 360 cajas se cargaban en una plataforma, en 18 filas de 20 paquetes. Por lo tanto, los lectores debían ser capaces de captar la información de las etiquetas de toda la carga de la plataforma. La información captada por los lectores manuales podía enviarse – mediante una conexión WiFi o una conexión de USB – a un ordenador para luego remitir esa información, al servidor conteniendo la información sobre qué número de identificación de plataforma estaba vinculado con dicho paquete y con los números particulares de identificación de las etiquetas de los productos.
El sistema comprobó que la RFID podía proveer a Gador información precisa en referencia a los productos que se empaquetaban y enviaban. Lo que es más importante, demostró que usando una etiqueta de RFID adherida a cada artículo, la tecnología podía prevenir el riesgo de que productos falsificados pudieran ser introducidos en la cadena de suministros después de que los productos fueran enviados, puesto que los falsificadores no podrían producir sus propias etiquetas de identificación de RFID con los números que coincidiesen con los de los productos registrados en la base de datos de Gador.
Según Gidekel, Gador espera que durante el segundo trimestre del 2011, se implemente una solución en base a la RFID, similar a la que se utilizó durante la fase piloto, para realizar el seguimiento y rastreo de dos de sus medicamentos, mediante la lectura de las etiquetas en el momento en que son empaquetadas, y nuevamente cuando se encuentren en las plataformas una vez que sean enviadas desde su planta de Buenos Aires.
“Nuestro primer paso es lograr saber que tenemos todo funcionando adecuadamente,” establece Jellinek,“y que tenemos una etiqueta que no puede ser cambiada en el empaquetado.” Expresado de otro modo, si la autenticidad de un producto estuviera en duda, se podría leer la etiqueta de RFID del mismo para compararla con los números de identificación de RFID guardados y almacenados en el sistema de respaldo de Gador. La próxima fase incluye el incorporar a los distribuidores en el sistema, motivándolos a que adquieran lectores de RFID y que compartan su información sobre la recepción y el envío de los productos, con Gador. “Todos se beneficiarán con este procedimiento,” declara Jellinek, puesto que en ese caso, podrían compartir este tipo de información.